jueves, 12 de febrero de 2009

El Hombre no Desciende del Mono



Hoy en día es habitual oir en los medios de comunicación que "el hombre desciende del mono". En este momento, todavía con más frecuencia, ya que ahora es el bicentenario del nacimiento de Charles Darwin (12 de Febrero de 1809). Sin embargo, Darwin jamás propuso semejante hipótesis, ni tampoco la apoya la ciencia actual. Es muy importante distinguir con claridad entre descender de y tener un antepasado común con. Son sucesos muy diferentes. Lo que Darwin propuso en su teoría de la evolución mediante selección natural es que todas las formas de vida que esxisten actualmente en la Tierra proceden de un antepasado común. Lo incomodo de la teoría de la evolución medinate selección natural es que no necesita de una creación especial para el hombre, ni para cada una de las diferentes especies. No es necesario recurrir a Dios para explicar el orígen del hombre.


Los chimpacés actuales, los orangutanes y los gorilas no son nuestros antepasados, no descendemos de ellos, ni ellos de nosotros, son líneas evolutivas diferentes, pero tanto ellos como nosotros hemos tenido un antepasado común. El hombre no es ni mejor, ni peor que cualquier otro animal de otra especie distinta. Las diferentes especies son líneas evolutivas distintas y los individuos que las componen son el producto de millones de años de evolución. Hay que desterrar de una vez por todas la idea de que el hombre es la cúspide de la evolución, es decir, el hombre no es el resultado final al que inexorablemente tiene que conducir la evolución. La evolución no está predestinada para conducir a la aparición del hombre, ni de ninguna otra especie, la evolución es un proceso de prueba y error, de azar y de necesidad, que puede conducir a la aparición de especies con caracteríticas muy diferentes. Todas las especies que existen actualmente en la tierra, desde las bacterias al hombre, pasanso por las algas, hongos, plantas, peces, aves y mamiferos son el producto de millones de años de evolución y son, por consiguiente, las líneas evolutivas que mejor se han adaptado a las condiciones ambientales cambiantes, ya que han logrado sobrevivir. El pensar que somos un producto del azar suele producir un gran desconsuelo en muchas personas.

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